domingo, julio 04, 2010

Vacaciones envasadas

En el trabajo paso mucho tiempo escuchando música. Los fonos han sido un accesorio que tal vez no se ve muy bien y me despeina, pero que es indispensable para mantenerme alerta y animada (en especial si la noche anterior me dormí tarde).

Uno de los álbumes que tengo en mi carpeta de música es “Foot of the Mountain” de la banda noruega A-ha.

Me pasa algo con este disco. No puedo escucharlo muy temprano, es imposible. Es uno de mis favoritos pero no hay caso. La razón: por algún motivo relaciono el principio de “Bandstand” con el sonido del despertador. Debe ser el sintetizador. Por eso no escucho sintetizadores temprano, ni siquiera de Duran Duran.

Sin embargo, a pesar de lo anterior y tal como dije, este disco es uno de mis favoritos. Me hace trasladarme a lugares lejanos (otro motivo para no escucharlo en la pega, pero ideal cuando quiero desconectarme un rato).

Por eso mismo la música de A-ha es algo que me acompaña durante cualquier viaje. Cuando teníamos auto se sentía muy bien ir escuchando “Take on Me” en la carretera. “Foot of the Mountain” sería aún mejor.

Lamentablemente ahora no he viajado, hace años no voy a ningún lado. En esta época, en que todos salen de vacaciones,ya sea de invierno o verano, dependiendo del lugar, no puedo sólo ignorar  ese problema. Es como con el Día de los Enamorados, aunque yo no lo celebre me hacen notar su presencia.

Entonces, ¿que me queda? Abrir mi reproductor de música y, encerrada entre las cuatro paredes de mi oficina, con frío,mirando una pared, casi sentir el viento  tibio en mi cara, mientras Morten Harket me canta suavemente. Entonces pienso: “siempre me queda la música”.

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