lunes, julio 19, 2010

La misma, pero diferente

Hoy bajé tarde a almorzar. Estaba concentrada en lo que hacía y no me di cuenta cuando me hablaron. Como resultado, comí más de la mitad deltiempo del almuerzo sin compañía y eso me dió tiempo para pensar. En laradio sonó una melodía que  me pareció familiar. ¿Era o no era? Me refiero a que no sabía si era o no la canción que pensaba. Sí, era. Una canción de Los Tres. Recordé la letra y comencé a analizarla. ¿Era o no era? Ahora me refiero a que si en verdad era familiar.En el sentido de conocida, sí, en el de cercanía, ya no lo era más. En nada.

Tal vez en una época, años atrás,me sentí identificada con esa música, pero ahora ya no sé por qué. No soy yo.

Sin embargo,The Beatles siguen siendo parte de mí. Esto, no; y escuchándo la canción de Los Tres, la encontré muy depresiva. ¿Sería que yo estaba en una etapa de inconformidad con el sistema? El sistema, jajaja. Ni siquiera podíamos explicar lo que era, pero según la María Rita, estaba mal.

En cierto sentido siento que el entorno me impulsó a escuchar un cierto tipo de música, en ese momento en particular. En el curso, con la María Rita eramos a veces tildadas de grupo negativo. Nunca dañamos a nadie pero decían que eramos “antisociales”. No se me ocurre otra explicación a mis habitos musicales de aquel entonces. No, no se me ocurre nada más.

Ahora estoy escuchando Careless Whisper, de George Michael. El contraste es grande. Siento que esta si soy yo. Aunque,¿acaso la otra no lo era?

Recuerdo algo de mi clase de filosofía, en el liceo. Esa era yo, y la Ximena que escuchó Careless Whisper ya no es la misma que la de ahora, y a la vez es siempre la misma, sólo que distinta. Además,no me puede definir una sóla cosa, hay miles. Me alegra que sea así, así puedo ir combinando,descartando y agregando nuevas opciones. Si no, la vida sería una lata.

domingo, julio 18, 2010

Just Another Day

De lunes a viernes, la alarma del celular suena a las 7 AM, para avisarme que comienza el día. Casi de forma inevitable, aprieto el botón para dormir 10 minutos más…y diez más. Puede que diez más. Para ese instante mis fieles mininos ya estarán mordiéndome las manos y gritando para que me levante a alimentarlos. Enciendo el notebook. Trato de no abrir Facebook…y fallo. Abro Twitter. Hay algunos mensajes de mis amigas italianas y algunos videos que ellas han puesto.  Pienso, uno no me dañará. Se me pasa la hora y me doy cuenta por lo general cuando faltan 10 minutos para las 8, e incluso menos. Pongo música, algo animado, mientras me visto a toda carrera. En el camino a la cocina, alimento a los gatos. Si hay tiempo, a veces enciendo la estufa. Envuelvo mi sandwich y guardo el almuerzo. Vuelo. Mi mamá entrega el primer sermón del día: “Crees que vas al colegio”. Puede que tenga razón en eso.

Son las 8:10. Me despido  de mis fieles acompañantes, Frijolito me desconoce vestida para la oficina. Salgo corriendo, envuelta con varias capas de ropa de lana. El frío corta la piel. Trato de correr para avanzar, debo estar en Pedro de Valdivia a las 8:20. El viento frío me impide correr y además cuando me acelero me duele el pecho. No puedo correr a menos que sea recreacional. Veo a la gente esperando micro, pero seguiré mi camino, yo puedo caminar y llegar antes que ellos. Cruzo la avenida corriendo, eso me hace ganar minutos, un par de metros no me hace mal.  Paso frente al colegio, sigue igual como hace ehm….muchos años. Hasta el portero es el mismo. El frío  y mi usual ensueño matutino casi me impulsan a entrar e ir a clases…luego recuerdo que debo trabajar.  Pienso en la suerte de las niñas que se cruzan en mi camino, caminando en grupos y hablando a gritos entre ellas.

Miro la hora y tengo que apurarme. Por lo general logro llegar a Pedro de Valdivia a la hora que espero. De todos modos, vuelvo a cruzar corriendo. Cruzo sectores residenciales,veo el pasto y las hojas congeladas, lo cual es bello, pero físicamente no se siente tan bien. Al llegar a la avenida Marathon son casi las 8:30. Pienso en el reloj donde se marca tarjeta, está atrasado unos minutos, menos mal. Cruzo como puedo. ¿Cuando irán a poner un semáforo?

Saludo a los perros que hay en el camino. Mi favorita es una rottweiler preciosa de la empresa del lado. Parece una osa. Llego al fin. Entro saludado a todos. Acelerada, bueno, así soy, aunque venga bien de hora. Además temo que me rete mi jefa, llegué 2 veces atrasada y  por eso me tiene en la mira. Empiezo a trabajar de inmediato…si el computador lo permite, a veces no se enciende de inmediato. Mientras, me quito las zapatillas, me pongo las botas, saco mi chalcito para el frío: nuestra calefacción es el equivalente a un secador. Tomo un alto de papeles y trabajo por un rato, hasta que a las 9 saco mi pan y me dispongo a tomar mi taza de té. Entonces pienso en la frase de esa canción de Paul: “It’s just another day, dudududu” Sí, otro día más.De ahí, sólo me queda esperar el  viaje a casa y evitar la tentación de entrar a Facebook en horas de trabajo, para sentirme más acompañada. Dudududu…

domingo, julio 04, 2010

Vacaciones envasadas

En el trabajo paso mucho tiempo escuchando música. Los fonos han sido un accesorio que tal vez no se ve muy bien y me despeina, pero que es indispensable para mantenerme alerta y animada (en especial si la noche anterior me dormí tarde).

Uno de los álbumes que tengo en mi carpeta de música es “Foot of the Mountain” de la banda noruega A-ha.

Me pasa algo con este disco. No puedo escucharlo muy temprano, es imposible. Es uno de mis favoritos pero no hay caso. La razón: por algún motivo relaciono el principio de “Bandstand” con el sonido del despertador. Debe ser el sintetizador. Por eso no escucho sintetizadores temprano, ni siquiera de Duran Duran.

Sin embargo, a pesar de lo anterior y tal como dije, este disco es uno de mis favoritos. Me hace trasladarme a lugares lejanos (otro motivo para no escucharlo en la pega, pero ideal cuando quiero desconectarme un rato).

Por eso mismo la música de A-ha es algo que me acompaña durante cualquier viaje. Cuando teníamos auto se sentía muy bien ir escuchando “Take on Me” en la carretera. “Foot of the Mountain” sería aún mejor.

Lamentablemente ahora no he viajado, hace años no voy a ningún lado. En esta época, en que todos salen de vacaciones,ya sea de invierno o verano, dependiendo del lugar, no puedo sólo ignorar  ese problema. Es como con el Día de los Enamorados, aunque yo no lo celebre me hacen notar su presencia.

Entonces, ¿que me queda? Abrir mi reproductor de música y, encerrada entre las cuatro paredes de mi oficina, con frío,mirando una pared, casi sentir el viento  tibio en mi cara, mientras Morten Harket me canta suavemente. Entonces pienso: “siempre me queda la música”.