martes, marzo 11, 2008

Con el trabajo en los genes


Me siento "dejada" en casi todo sentido. Por eso no había escrito. No tenía nada que decir...mejor dicho no tenía ganas de escribir. Me declaro culpable de flojera. Es que esto de esperar a que aparezca un trabajo (he buscado y buscado...ahora espero, por el momento)me dejó cansada psicológicamente. Tengo varios currículums que repartir, pero estoy tomando un respiro. Mientras, aprovecho de ir al dentista (por lo del parche en el diente) y tras recuperar algo de confianza (algún día creí que arreglaría el mundo) volveré a la carga.

En estas últimas semanas he pensado mucho y empiezo a preguntarme si podré trabajar en lo mío este año, o mejor dicho, sólo dedicarme a mi carrera, que por cierto me encanta. Pero la realidad no es tan simple, siempre he dicho que hay mucho que hacer, y luego de transcribir parte de la biografía de mi abuelito, cada día me atrae más tener mi propio negocio. El comercio corre por mis venas (una de las razones porque estudié traducción con menció en comercio internacional)y, como todos en mi familia, no nacimos para que nos manden, sino que para sernuestros propios jefes.

Todo esto me hizo click la semana antepasada, cuando acompañé a mi mamá y mi tía a ver un terreno que tenemos en Peñalolén, en el cerro. Estar ahí, donde se criaron como Heidi, ver la casa donde vivieron, me emocionó mucho y al llegar a nuestar casa, verla y darme cuenta de que en ambas casas había unalgo característico de mi abuelito y con lo que me sentía extrañamente identificada. No me pregunten que es, pero era como lo último para darme cuenta que teníamos sueños muy similares.

He estado investigando y meditando acerca de cuál podría ser mi negocio. Se que no saldrá de un día para otro, pero tiene que suceder. Ahora no adelantaré nada, eso sí.

No tengo más que decir por hoy... (en la foto está mi mamá en el terreno, parecía una niñita)

No hay comentarios.: