domingo, julio 01, 2007

¡Oh!, ¿y ahora quién podrá defenderme? (loco número 2)

Vino poca gente durante la tarde, así que seguí tomando sol, después de almuerzo. Todo bien. Yo entré a buscar algo o a decir algo, no sé, y al salir el Christian me comenta que pasó un gallo sin polera. Hacía calor, pero no para tanto. Aunque no me extrañó, porque ya hasta hemos visto gente que se cambia de ropa mientras espera la micro (esto quiere decir que que el niño veraniego perdió el título como el más desabrigado). Bueno, no le di mayor importancia al asunto y seguí asoleandome, ahora estirada sobre el capó...mirando las nubes.

Compré un helado y luego el Christian hizo lo mismo. Mi mamá compró un plátano. Estabamos ahi todos de los más vacacionales cuando pasa un loco estilo cavernícola con una parka en la cabeza. El Christian me explicó que era el mismo que pasó a torso desnudo. No hay problema con que pase, ya, la calle es libre. Pero ¡tenía un olor! ¡guácala! se sentía en toda la cuadra, era a humedad...muy fuerte. Mi mamá djó de comer plátano porque le dió asco. Nadie quería salir del negocio del lado porque el loco se paró afuera, y además los negocios se impregnaron del olor. No es por ser despectiva pero fue asqueroso. Nadie sabía que hacer. Iba de un lado a otro de la cuadra, mirando hacia adentro de cada local. Mi mamá cerró la puerta un rato. La Rufina y su pandilla (los perros de la botillería) le ladraron hasta que lo corrieron de ahí...pero volvió a nuestro lado. Yo fui a cambiar plata a la Copec mientras porque en serio en ningún lado se podía respirar. Allá le conté a Johanna lo de los locos del día.

Cuando volví se había ido por un momento. Asombrosamente el Christian seguía con su helado. Yo entré y mi mamá atendió a una niña. Como yo le pregunté a mi mamá sobre el loco, la niña quiso saber de qué loco hablabamos. Mi mamá le dijo que estaba afuera y la niña le preguntó "¿el que se está comiendo el helado?"JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.

En eso se supone que hubo un temblor, el cual ni sentimos. El Christian contó que el loco anunciaba: "¡Viene la catástrofe!".

Pero hubo más locos...mi mamá dice que es algo del sector, pero ya diría que es el colmo. Como son locos menores (señoras con tenidas un poquitín estrambóticas, por ejemplo), no entraré en detalles. Sólo con lo anterior dejo claro el nivel de locura presente. Una de las razones por las que mejor irse, puede ser contagioso...jajaja!
:P

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