sábado, septiembre 18, 2010

Adiós (parte 2 y final)

Ese jueves llegué a trabajar a duras penas. Había pedido permiso para la entrevista del día anterior y por consiguiente me comprometí a  terminar todo lo pendiente, en caso de que triunfara en la entrevista.

Me sentía muy mal físicamente, así que no tenía mucho espacio para preocuparme. Llegué atrasada y tuve que tomar un taxi, no tenía fuerzas para caminar ni medio paso.

Al llegar descubrí que mis amigas pensaban que no vendría porque había quedado. Esto me emocionó, darme cuenta a qué niveles llegaba su fe en mí, alguien que habían conocido sólo durante 4 meses.

Les conté lo sucedido, cómo había hablado demasiado sobre mi trabajo como administrativo contable y cuánto había tardado en volver a mi casa, luego de enfrentar el frío. Y que me iban a avisar el lunes o el martes.

Estaba trabajando cuando de repente sonó mi celular. La pantalla mostraba un número desconocido. En ese instante lo supe, y contestar sólo confirmó: me habían elegido.

De pronto me invadieron muchos sentimientos, alegría, miedo y un poco de tristeza. Me puse de pie para ir al baño y me encontré con mis amigas, con la tres. Les conté la noticia y se alegraron mucho. Me dijeron que ellas sabían que el trabajo era mío.

El resto del día siguió bastante normal. Comunicar a mi jefa que me iba al día siguiente terminar el trabajo. Pero creo que en parte el resfrío hacía que no reaccionara. Sólo al otro día, luego de iniciar la mañana con una taza de Tapsin caliente, que mepcé a reaccionar y ver lo que sucedía.

Mi trabajo en la empresa terminó bien, no podía estar más conforme, recibí palabras positivas por parte de mis jefas, diciendome que lo había hecho bien, pero principalmente lo que me llegó al alma fueron las últimas horas con mis compañeras y amigas. Compartir un pedazo de empanada mientras se organizaban las alianzas para la celebración del 17 de septiembre, almorzar en el casino por última vez…todas esas cosas me hicieron descubrir que a pesar de mis ganas de trabajar como traductora y ganar más, iba a extrañar muchísimo DICOTEX. Dejaba lo malo, pero también lo bueno.

A las 17 hrs, ya había terminado hace mucho mis deberes y me encontraba archivando, cuando Helvecia y Lore vinieron a despedirse de mí, a desearme lo mejor.  Y debía quedarme hasta las 18 hrs, porque quería recuperar la hora que pedí de permiso. Así, cadavez me fui quedando más sola.Bajé a despedirme de Dalila, porque sabía que no la vería al salir. Poco a poco la oficina fue quedando vacía. Seguí archivando. A las 18 hrs, debía dejar la oficina. Archive una última factura, la n°205 de julio. Me despedí de los pocos que quedaban, pero como siempre. En silencio, marqué mi tajeta al salir, por última vez.

Aquí llego al punto en que empecé esta narración. Cerré la puerta tras de mí, y el mundo se veía ante mí como una hoja en blanco. Esperaba poder llenarla con matices tan hermosos como los del capítulo anterior. Nunca olvidaré ese día, camino a la casa, observando todo el camino,la bóveda del cielo sobre mí, con ojos vidriosos por las lágrimas, archivando cada momento en mi mente, respirando colores, segundos, recuerdos, sensaciones.  Era como caminar por una obra terminada.

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