martes, abril 28, 2009

El fin de una era

Alguna vez pensé que sucedería, pero ahora a pocos días de que mi mamá venda la librería, no me lo creo.

Tenía ganas de ir por última vez, más que nada para cerrar circulos, mejor dicho, cerrar 1 círculo. No me gusta dejar cosas inconclusas.

Tal vez tenía esperanzas de que si iba por última vez, algo podía cambiar, una nueva oportunidad antes de apagar las luces. Pensaba, esta semana sí voy, pasó el tiempo, llegó esta y me preparé para ir, pero el destino no me lo permite. El último día de librería será el jueves, quería ir el miércoles, pero por el turno de mi hermana en el hospital no puedo salir de la casa. "Voy a ir el jueves" le dije a mi mamá. "¿El jueves, por qué el jueves? El jueves entrego el negocio, el viernes es el último día". Me dió mucha pena. No podré ir una última vez, no sólo por el hecho de que no cerraré mi historia fallida, sino que también porque echaré un poco de menos el lugar, la gente, ser parte de ello. Es como si me hubieran arrancado de ahí.

Una vez le dije a alguien que siempre cumplo mis promesas. Tendré que romper una: no estaré siempre en Vicuña Mackenna. Pero eso no es nada comparado a las que me hicieron y rompieron en esa misma calle.

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