I've got a pocketful of dreams
Adoro soñar. Incluso durante el tiempo en que se supone que debo estar en este mundo. Siempre fue así. Mi profesora de básica decía que yo siempre estaba en las nubes, pero me preguntaban y yo sabía de lo que estaba hablando. Eso porque hasta ahora me las he arreglado para mantener un delicado balance entre ambos mundos. Al menos hasta ahora.
No recuerdo algún momento en mi vida en que no haya tenido altas expectativas. Tampoco recuerdo un momento en que no haya soñado. Ambas cosas están intimamente ligadas. Y lamentablemente, entre medio se escabullen los miedos que he tenido. Digo "que he tenido" porque la mayoría viene y se va. Gracias a Dios he superado muchos. Pero más que por los miedos, si algo a influido en como manejo las cosas es la fusión de los otros 2 factores.
Primero, yo quería una hermanita. Eso gatilló todo. Vi que mis sueños se podían hacer realidad, y es algo en lo que creo firmemente hasta el día de hoy. El problema está en que teniendo tantos sueños por cumplir, tantas esperanzas, es doloroso cuando las cosas no resultan. Duele sentir que algo que una quiere con tantas ganas es difícil o parece imposible de lograr. En esos instantes siento que ya he soñado demasiado, que es tiempo de despertar y ver la realidad. A veces quisiera ser más realista, pero no puedo, simplemente no está en mi. Cuandomis ilusiones se desmoronan es como si la sangre no fluyera por mis venas.
Desde hace muchos años, en las noches antes de dormir pienso en todas las cosas que anhelo. Y toda la noche sueño con la realización de mis sueños. Por eso me cuesta tanto despertar y salir a enfrentarme con la fría realidad. Últimamente el equilibrio que había mantenido entre la realidad y el país de los sueños (¿quién me puede decir no es real?) se inclina más hacia el segundo. Seguramente alguien me dirá que está en mi cambiar esa situación. Pero quisiera que todo entendieran que yo estoy bien así. Me gusta soñar y me gusta vivir con la esperanza de que aunque sea a largo plazo mis sueños se realizarán. Sueño y soy feliz. Sueño y lo tengo todo. Al menos en ese mundo mis sueños son míos y nadie me los puede quitar. Ahí nadie puede arrebatarme lo que tengo. Me traen grandes satisfacciones porque sueño tan real como que ahora estoy escribiendo aquí.
Tal vez ahora las cosas no son exactamente como yo quisiera, pero el tiempo pasará y todo será mejor. Quiero creer que cada uno de ellos se cumplirá. Entonces tendré nuevos sueños . No podría vivir sin soñar.
1 comentario:
Ximenita Peñapa... al parecer ninguna de las dos ha cambiado. Leyendo tu artículo me acordé de una vez que teníamos que escribir un poema para la clase de castellano de la profe Elena Letelier. En esa oportunidad escribiste sobre la Elizabeth Adasme y dijiste que ella "tan alta como un árbol"... no me preguntes porqué, pero me acordé de eso y me llené de nostalgia.
Nostalgia de ustedes, de compartir cada día sus locuras y personalidades. No nostalgia de ese feo colegio que tanto nos limitó y poco nos vio crecer.
Siempre recuerdo a las calentayochinas de corazón.
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