miércoles, junio 01, 2005

La delgada línea roja

La vida en sociedad se asemeja a la gramática. No, esto no es sobre gramática, y no, no estoy obsesionada con el tema. El asunto es que en ambos casos hay muchas clasificación y categorías. Estructuras dispuestas para ser tomadas en cuenta. Y en la vida, tal como en la gramática, hay excepciones. A veces, un adjetivo puede ser sustantivo. Si hay reglas, debe haber excepciones....o alguien para romperlas. Y si se rompen, inconsientemente podemos perturbar el equilibrio cósmico. Sí, tal cual.

Volvamos con el ejemplo sobre gramática. En la gramática, hay distintas categorías, que pueden estar incluso unas dentro de otras, cada una con su función. Jerarquías. Las famosas jerarquías. Puedes correr pero no esconderte.

Lo asombroso es lo frágil que es este sistema. Siempre llega el momento en que intentas dejarlo de lado. El asunto de los niveles es algo delicado. Supuestamente cada uno tiene su sitio en la sociedad. Yo puedo aspirar obviamente a más, pero a lo que me refiero que hay ciertos modelos bajo los que nos debemos regir en nuestro lugar actual.

Hoy, mientras esperaba la micro, una señora de unos 70 años, se lanzó frente a los autos para recoger las monedas que se le cayeron. No parecía una persona perturbada, solo era una persona como cualquiera, que decidió que todos los vehículos debían detenerse porque ella tenía que recoger las monedas. Olvidó la diferencia de poderes entre las personas en vehículos y los peatones.

Tengo que reconocer que desde que estudié Diseño Gráfico, comenzó en mi el extraño proceso de la perdida de categorización, en cuanto a los niveles formales en que me debo manejar. Antes mi división era: a la gente joven, cerca a mi edad y menos que yo, les hablo de tú, igual a mis padres y tíos y todo el resto son "usted", eso incluía a funcionarios públicos y profesores de cualquier tipo (excluyendo a mi papá claro). Pero en esa etapa crucial de mi vida descubrí profesores de más de 60 que querían que les hablara de tú, o que les hablara por su nombre, etc, etc. Y para el momento en que entré a Traducción Inglés Español, ya tenía un enredo estratosférico. En mi universidad actual hay varios profesores jóvenes, así que debí categorizar de nuevo, ¡me costó mucho volver al sistema antiguo! Así que a todos de "usted".

El problema que tengo ahora se produjo del siguiente modo: Un día descubrí que mi profesor de linguística tiene algunos gustos similares a los míos,y hablamos sobre eso, y me cayó muy bien. Pero después obviamente yo seguí siendo su alumna, el resto del semestre,y en clases se requiere nivel formal, claro. Y ¡ya no sabía como hablarle!. Consecuencia: todos los niveles se me hicieron polvo. Hay excepciones claro, a mi profesora de Teoría de la Traducción, le digo por su nombre o sino profe...porque siempre fue así, desde el principio, pero en el caso anterior no. Hasta hoy sigo medio confundida. Lo pienso y me cuesta definir en que momento se traspasó la delgada línea roja en la comunicación alumna/profesor. Puede sonar gracioso, pero desde ese entonces he tenido que hacer una tercera reorganización de los niveles.

Por eso espero con ansias el día de terminar mi carrera. Por lo menos ya no tendré tantos profesores a los cuales seleccionar. Habrá otra gente que clasificar. Otras situaciones que regirán mi modus operandi. Me pregunto, si llego a ser apoderada alguna vez ¿cómo le diré a la profesora jefe? Espero que en ese entonces ya sepa que lugar tengo como pieza en este puzzle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi puedes decirme princesa angelina francesca paula condesa ana bana banana tercera :P